Guía para corazones sin cabeza

2017

Siempre cuento como anécdota que se me tuvo que romper el coche para ir al trabajo en transporte público y así darme cuenta de la importancia del camino y del tiempo que invertimos en él. En estos trayectos en metro y autobús desarrollo gran parte de las ideas y textos que componen este libro.

Guía para corazones sin cabeza

Palabra de autor (prólogo con el que me presento):  

  • “Siempre fui más consciente de mis efectos que de mis virtudes. Tengo las piernas cortas y un corazón sin cabeza. Pero lo importante es saber que puedo dar pequeños pasos para llegar lejos si el corazón aguanta y no escucha a la cabeza cuando ésta tira la toalla.” […] “Sin duda, las cosas pequeñas son las que más miedo me dan. Las cosas grandes son montañas a escalar, retos a superar… pero las pequeñas, al no reparar en ellas y pasarlas por encima, se convierten en alquitrán que se pega a los zapatos y te hacen andar cada vez más despacio y con más esfuerzo, hasta que te agotan y te vencen.”

Algunas pinceladas:

  • “El artista viaja en globo. De pequeño, el globo en el que viaja es del tamaño de una gominola. Según va haciéndose mayor, el globo va aumentando y cambiando de forma, pareciéndose a un balón, una nave espacial, un coche de carreras… Hay personas que pronto sucumben a la globalización y modifican su globo original para que se parezca más al del resto, siendo un globo impersonal, redondo, con forma de lágrima invertida. Esta forma de globo, al ser uniforme y equilibrada, permite que su manejo sea sencillo y así pueda incorporarse sin problemas a las corrientes sin estorbar al resto de globos que ya circulan por ellas. La globalización permite saber la cantidad de tela a cortar, de aire a calentar o enfriar, el peso exacto de lastre que soporta el globo sin que afecte a su vuelo, velocidad y rumbo para hacer del viaje un paseo placentero y sin sobresaltos para dejar paso al siguiente globo en la ruta comercial de sueños, una cadena de montaje que no se detiene. Los controladores aéreos hicieron bien su trabajo: planificaron y redujeron el número posible de rutas a seguir”

[Viajando en globo, pág. 41]

 

  • “Supongo que la playa nos viene a la memoria como punto de partida y de final del viaje, tras una vida a la deriva en la que tuvimos que enfrentarnos al infinito.”

[La playa, pág. 85]

 

  • “No seré yo quien hable de mí cuando me vaya”

[Cuando me vaya, pág. 133]

 

  • “La única verdad absoluta es aquella que es irrefutable, es tajante, concisa, inflexible y se podría decir que hasta dictatorial; ya que no deja lugar a la duda o a la suposición. Todo lo que no se contemple dentro de esa verdad será mentira y aquel que sea poseedor de la verdad absoluta someterá al resto. De ser así, la expresión “la verdad nos hará libres” resulta incongruente.

[Poseedores de verdad, pág. 173]

 

  • “Me enseñaron que el mar era infinito y que yo sólo era un pez pequeño. Me enseñaron que el pez grande se come al chico y que a lo único que puedes optar es a sobrevivir; aparentando ser algo que no eres o pegándote al pez grande para limpiar sus impurezas y sentirte agradecido por una idea tan retorcida y esclavista como la simbiosis mal entendida. Eso sí, me quitaron todos los espejos para que nunca llegara a saber cuál era realmente mi tamaño.”

[Déjenme, pág. 178]

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